Voices of Grace & Gratitude are joyful expressions of grace and gratitude from the worldwide community of Contemplative Outreach for the gift of Centering Prayer in their lives and its meaning for all creation. A new video will be presented every Monday. May they serve to lift your hearts.
English Transcript
Learning Centering Prayer is one thing; sustaining it has required everything Contemplative Outreach has organized. I was exposed to the Spiritual Journey tapes at a 10-day retreat in Snowmass shortly after I learned the prayer in the early 1990s. It was just mind-boggling to become acquainted with my false self through that process and to have it be shown to me as something I could love and have compassion for – or, at least, that God did. That was mind-boggling. So, I think my attitude toward myself, my own weaknesses – which I have endless amount – has been more and more alive with God’s attitude toward me and that was rooted in me through the Spiritual Journey tapes way back when. So, I’m kinder to myself and others over the years, more accepting of the full spectrum of a human being; that we’re not going to get rid of the false-self system but it’s right there along with the most beautiful ability to be compassionate and do good in the world. I’d say that I’ve almost given up on trying to change myself – not quite – or change other people which is an incredible relief. So becoming at home with my own self instead of fighting who I am or comparing how I’m supposed to be has released a lot of energy for better things.
Aceptar los diferentes tipos de seres humanos
Aprender a hacer Oración Centrante es una cosa: mantenerla en el tiempo ha necesitado de todo lo que Contemplative Outreach ha organizado. Pude escuchar las cintas de la Travesía Espiritual durante un retiro de diez días en Snowmass poco tiempo después de haber aprendido la oración, a principios de la década de 1990. Fue realmente alucinante empezar a conocer a mi falso yo gracias a ese proceso, y que me lo mostraran como algo que podía amar y compadecer – o, por lo menos, que así lo sentía Dios. Eso era emocionante. Creo que mi actitud hacia mí misma, hacia mis propias debilidades – de las que tengo una cantidad infinita – ha estado más y más en consonancia con la actitud de Dios hacia mí, y eso se hizo carne en mi gracias a esas cintas de la Travesía Espiritual que había escuchado entonces.
Así que con los años me he vuelto más compasiva conmigo misma y con los demás, más tolerante con los diferentes tipos de seres humanos, aceptando que no nos vamos a librar del sistema del falso yo sino que estará allí, junto con la maravillosa capacidad de ser compasivo y hacer el bien en el mundo. Diría que casi he renunciado a tratar de cambiarme a mí misma – aunque no totalmente – y a cambiar a otras personas, lo que es un enorme alivio. Sentirme bien conmigo misma en lugar de luchar contra quién soy o compararme con lo que se supone que tendría que ser ha liberado una gran cantidad de energía que puedo dedicar a mejores cosas.
