English Transcript
It’s worth remembering that the two basic energies of the human being are the energy of anger and the energy of sex. And to repress these is to repress a necessary part or energy or structure of human nature. Obviously, sex is designed to be the source or the inspiration of relationship. But relationship isn’t necessarily limited to genital activity, but rather it opens to the ever-greater capacity to relate to more and more people, and to love them, appreciate them, and so it’s a movement towards oneness, that includes God, other people, ourselves and the whole cosmos and the whole planet.
So both of these energies need to be directed by the Spirit, but never repressed. If you repress any
feeling, all of the feelings are somewhat repressed. And that’s why it’s a hazard for whatever reason to treat sexual feelings as enemies. They’re not. They’re the expression of this deeper energy that should receive the emphasis and the encouragement and with that one can relate well with other people. If our sexual energy is unduly repressed out of fear, then you may find a wonderful person, full of all kinds of virtues, but hard to relate to. They’re kind of unapproachable. Or, they’re a little too intellectual or they don’t seem to be able to relate. And so, their ministry, if they have one, is severely limited by their abstractness and by their inability to be as down to earth as sexual feelings help us to remain.
Similarly with anger; if you have no anger at all, you have no energy to do anything. You might as well not get out of bed in the morning. So it’s these two energies, in dialog and in balance, that are part of our psychological development and wholeness. And that’s why if they’re ruined in early childhood by oppression or by abuse, they may never recover fully, to be able to lead a normal and fruitful human life.
Semana de junio 8 – La Energía de la Ira y la Energía del Sexo
Vale la pena recordar que las dos energías básicas del sr humano son la energía de la ira y la energía del sexo. Y reprimirlas es reprimir una parte necesaria de la energía o estructura de la naturaleza humana. Obviamente, el sexo está diseñado para ser la fuente o la inspiración de la relación. Pero la relación no solo se limita a lo genital, sino que se abre a una capacidad mucho mas grande para relacionarnos con más y más personas, y para amarlas, apreciarlas, por lo que es un movimiento hacia la unidad, que incluye a Dios, a los demás, a nosotros mismos, a todo el cosmos y a todo el planeta.
Así que estas dos energías tienen que se dirigidas por el Espíritu, pero nunca reprimidas. Si reprimimos cualquier sentimiento, todos los sentimientos son de algún modo reprimidos. Y es por eso que es un riesgo que, por alguna razón, consideremos enemigos a los sentimientos sexuales. No lo son. Son la expresión de esta energía más profunda que debería ser enfatizada y alentada para podernos relacionar mejor con los demás. Si nuestra energía sexual es reprimida indebidamente por temor, entonces podemos encontrarnos con una maravillosa persona, llena de virtudes, pero con la que es difícil relacionarse. En cierta forma son inaccesibles. O son demasiado intelectuales, o no parecen poder relacionarse. Y por lo tanto, su ministerio, si lo tienen, se ve severamente limitado por su nivel de abstracción y por su incapacidad para tener los pies en la tierra, como nos lo permiten los sentimientos sexuales.
Lo mismo ocurre con la ira. Si no carecemos totalmente de ira no tenemos energía para hacer nada. Para el caso más vale no levantarnos de la cama en la mañana. Así que son estas dos energías, en dialogo y equilibrio, las que son parte de nuestro desarrollo psicológico y nos completan. Y es por eso que si se echan a perder en nuestra infancia debido a situaciones de opresión o de abuso, puede que nunca podamos recuperarnos totalmente para poder vivir una vida normal y productiva.
